18.04.2022
¡Guapa, guapa, guapa y hermosa!
Esto es lo que nosotros, sevillanos, gritamos al ver la Virgen de la Macarena cuando sale de la basílica. Esta vez los gritos eran más altos y emocionantes que nunca. Al escuchar la saeta que Arcángel cantó desde el balcón se me puso la piel de gallina, mucha gente se puso a llorar.
Los últimos años sin Semana Santa eran difíciles, pensábamos que nunca volverá la normalidad, pero gracias a Dios estamos aquí. Ayer acabamos de celebrar este tiempo mágico, los pasos pasaron por las calles de Sevilla y las torrijas por fin sabían de felicidad y esperanza. Nunca he pensado que la multitud y el dolor de pies pueden traer tanta alegría, pero esta semana me lo mostró.
Este tiempo y el ambiente me dejaron a cargar las pilas, tengo nueva energía para realizar los proyectos que tengo en la cabeza. El primer “proyecto” que voy a poner en práctica es la organización de la fiesta de cumpleaños de mi abuelo. El rey de mi vida, Manuel Tejada, va a cumplir setenta siete años este sábado y quiero hacer todo para que recuerde esta fiesta.
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